La presencia británica en Hong Kong ha marcado la cultura local, que aunque fundamentalmente china, ha estado sometida a una influencia occidental mucho mayor que el resto del país. Paradójicamente, en paralelo a esta influencia occcidental, en Hong Kong se han mantenido muchas costumbres y tradiciones culturales chinas que en el resto del continente sufrieron el acoso de las políticas revolucionarias de la época de Mao Zedong. Es el caso de los ritos religiosos tradicionales chinos, o del lenguaje. Mientras que en el resto del continente chino, la República Popular ha promovido el uso del mandarín y de los caracteres simplificados como lengua oficial, en Hong Kong se mantiene el uso del cantonés hablado, incluso en circunstancias formales, y el lenguaje escrito utiliza exclusivamente los caracteres tradicionales.
Otra consecuencia de la separación de Hong Kong del resto de China durante los años posteriores al establecimiento del régimen comunista en la China continental fue el desarrollo de la cultura popular de Hong Kong, manifestada en la enorme producción cinematográfica, musical y de novelas de entretenimiento. Mientras en la época maoísta la política revolucionaria oficial exigía que todas las manifestaciones artísticas estuvieran al servicio de la causa comunista, en Hong Kong continuó el desarrollo del cine y la música popular que había tenido a Shanghai como foco hasta 1949. Incluso después del final del maoísmo, Hong Kong ha continuado siendo uno de los principales centros de producción de cine, música y literatura popular en Asia.
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